domingo, 18 de diciembre de 2022

Fedeltà e amore... il desiderio nascosto.

 

El amor es una sombra sin deseo, el esperma cálido que recorre su interior, el amor es una ilusión que no acabo de entender. Un rayo de luz misterioso, un brillo de luna que engaña a las avecillas haciéndole creer que ha amanecido.

El amor es como las alas de mariposa, tan frágil que se puede lastimar si cerca de la flor hay espinas. El amor es un vuelo rasante que parece tocar con delicado ademan los pétalos hechos de polvo y polen, y ese aleteo va desordenando el exquisito orden universal que guarda en sus capullos. 

Somos una invención creativa de nuestra necesidad de ser queridos. Lo único verdadero es el deseo que lo esconde, ese diminuto instante en que necesitamos el orgasmo del otro, para validarse en su cabeza.

El amor es un beso que recorre cada espacio de su cuerpo, sin pudor, en cadencia perpetua, entre jadeos y gemidos, mientras ellas sueltan el néctar que vamos bebiendo en el recorrido... El amor es  ansia y sed, es ilusión y anhelo, es antojo y capricho, es voluntad y antojo, es deseo. 

Enloquecimos nuestras cabezas para buscar explicaciones de su significado y origen, el amor es efímero como las flores en primavera, que año tras año y en cada primavera, volvemos a buscarlo al mismo lugar, pero las semillas se las ha llevado el viento, y hoy florecen en otros campos, en otros brazos.

Gustab

lunes, 28 de noviembre de 2022

Alma Llama... (decir te amo)

" No escribo lo que las mujeres quieren escuchar, escribo lo que las mujeres desean..."

Alma llama, delicado juego amoroso, delicado beso, fruta suave de jugoso brio, incinerada en mi boca ardiente, madura;  Suelta tus jugos en mi garganta delirante y hambrienta. 

Guardo en la memoria de mis dedos, la tersura de tu vientre, la profundidad onda de tu ombligo, la sombra de tu vello, monte de corales derramandome el brillo y néctar de dorada flor relajada, indolente detrás de tus torbellinos, orgasmo infinito de jugos derramado.

Yo, consumido por tu ardorosa pasión, por la sinuosidad de tus senos voluptuosos; Desboco en la luna nueva de tus nalgas llenas, tu cuerpo reducido a polvo impalpable de miel tibia, a espasmos de estrellas por boca provocado, por pulverizado temblor, por deleite sometida.

Corre miel blanca por tu pimienta negra, semilla y vaina. melosa planta de leche, corteza mojada, agua de luz, hilo rojo, unión perfecta. Alma llama que guarda la savia, mi energía de vida en ti traspasada.
Alma llama, viaja conmigo a mis infiernos...
"Mi deseo por ti es el infierno, mi perdición, mi prisión y aunque quisiera sacarte de mi piel donde te respiro, no habría libertad posible.Tu piel, tu perfume, el sabor que resume tu piel, son las cadenas de afrodita que me mantienen atado a ti, mientras el deseo me consume por dentro. Abre tus muslos y déjame beber tu sexo, el fruto de la granada, bañado en jugos, vino tinto y aromas de frutas, hasta que el orgasmo me aleje de tu piel nuevamente, para recobrar la cordura. "
 

Juan de Marco. (decir , te amo)

"Ya te mandaron a morir, mas tú como una flor del campo te levantas.
La hoguera preparada para ti en tus lozanos pétalos se lava."
                                                                                         Delfina Acosta



Gustab


lunes, 13 de junio de 2022

Karla


"...y frente a ella, tan llena de contradicciones y recetas para huir de mi, me acerqué mirándola a los ojos, puse mi dedo para hacerla callar entre sus labios y bajé lentamente el dedo por el cuello, buscando la profundidad de su escote.
Ella trataba de seguirlo con su vista, pero al entrar, elevo su mirada a las alturas dejándose llevar por el momento...
Sus defensas estaban quebradas. Subí por los tirantes de su vestido, y con un ligero movimiento, deslice la tela por sus hombros, hasta ver caer el vestido frente a mis ojos.
Sus senos estaban indefensos, y una lágrima de sudor, corría desbocada hasta caer por su escote, hasta perderse libremente entre sus senos.
Mi mano no tardo en bajar deslizándose por su piel hasta medir la copa de sus pechos, mientras ella cerraba los ojos para dejar desnudo e indefenso su cuello para que bajara con mis besos. La atraje hacia mi, y tomándola de las caderas, ayudándome con mis dedos que engarzaban su sexo , juntamos el salvaje juego de dos genitales que querían ensamblar a dos furtivos amantes."


Juan De Marco


Ledeska y sus placeres...



Sentí como tus piernas temblaban cuando mi manos las separaban, sentí palpitar tu sexo cuando mis labios se acercaban apenas rozando la delicadeza de la nuez que dejaba escapar su jugoso fruto endurecido.
Y luego, ese pedazo de seda que brotaba ente tus labios vaginales, mojado, hinchado en sangre y temblando a cada roce de mi lengua, hambrienta de probar tu sabor, y de una nariz que quería guardar para siempre esa fragancia que expelía al mojarse.
Luego tu vientre levantado en oleadas de deseo y un corazón que no dejaba de palpitar al ritmo de mis roces, y un pequeño gemido que demostraba que agonizabas entre mis labios... Hasta que soltaste en caudales todo ese jugo que empapó mi rostro regalándome todo lo que guardabas dentro...
Temblaste por mucho tiempo, mientras, te deshacías en mi boca.
Empinado sobre tu cuerpo te penetre hasta escuchar tus gritos de placer ...
Y así, cerrando tus piernas y envuelta como un caracol te quedaste dormida con todo mi fluvio tibio dentro, dejandolo expuesto a mis placeres.
Vi tus nalgas abiertas para penetrar por la puerta oscura que te dejo temblando de dolor, hasta recibir la segunda descarga, que te llenaría tus placeres prohibidos... y así, enganchados, esperamos la luz del día entrando por tu ventana.

Don Juan De Marco


martes, 4 de enero de 2022

El señor de las aguas. (destino)

Él conoce el mar, camina sobre sus aguas acariciando las olas. Le gusta sentir la humedad entre sus dedos, la fragancia intima que los humedece. 
Posee el mar ,como las olas a las rocas, entrando lentamente sobre la caliza. Se rodea de peces de colores violando su belleza, se mueve al ritmo de sus aguas, es parte de su naturaleza, de su salvaje existencia, sin horizontes que le limiten, ni atardeceres que lo apaguen. 
Se ríe cuando entra en sus profundidades, posee el don de encenderlo , de poseer cada uno de sus secretos, de bañarse en ellos y salir a respirar cuando necesita el aire con que le hace temblar y gemir.
Neptúno le cela, Venus se alimenta de su energía, atrapándolo entre sus labios, lo seduce y posee. Se alimenta de sus jugos hasta vomitar la esperma que la alimenta. 
El secreto de venus es presentarse desnuda y frágil a sus ojos, dejarse amar, esperar sus besos cuando sube la marea. Ella sabe que su sexo le domina, que es de esencia salvaje y espera que su instinto lo esclavice abriendo sus piernas para liberarle de sus cadenas. 
Él, es El Señor de Las Aguas, el dios de la seducción, él es escorpión y manda y posee en sus designios entregándose sin pudores al deseo y la pasión que lo gobierna.

Gustab a Juan de Marco

El zumbido ( Andrea )


El zumbido en sus oídos le fue carcomiendo por dentro hasta explotar en su cerebro mientras su vientre se contraía con fuerza contra los alambrados, los gemidos se perdieron en el silbido del viento y perdiendo la cordura empezó a azotar su Vulva contra la alambrada mientras se desvanecía corcoveando como una yegua en celo. Por unos instantes sintió perder la razón dejando escapar bramidos silentes, mientras sus dedos se engarzaban en el frío metal que le impedía devorar la boca de su amante y empaparlo del néctar más exquisito que jamás probaría una boca. el elixir sagrado corría por sus piernas tibio y denso, oleoso y de una densidad exquisita, entonces se dejó caer extenuada sobre la foresta húmeda que le soportaba.
Su Vulva regordeta y roja por la excitación, no dejaba de golpearse contra la rejilla procurando no perder la boca insaciable al otro lado del alambrado que le impedía gozar plenamente de la pasión infinita que le provocaban esos golpes de lengua sobre su carne, la que se habría a cada beso , gemía ahogada por el deseo... hasta que no pudo soportar su alma y quedo tendida bañada por el éxtasis y el sudor que le cubría, mientras las contracciones de su vientre le arqueaban dejando ver la profundidad mojada y palpitante.
Al otro lado del alambrado, el mozuelo cubierto por la angustia, se dejó ir hasta quedar inconsciente por la acción salvaje de sus propias manos.
Juan de Marco

domingo, 15 de agosto de 2021

A Arkantis

Arkantis era la hija de un Griego. Era ten hermosa que la comparaban con una diosa diciendo que era mas hermosa que la mas bella de las porteñas, criada y consentida desde que había abierto los ojos y lanzado su primer llanto.
Su cabello largo, de un hermoso dorado, caía sobre sus blancos y voluptuosos senos, llagaba hasta sus redondas y contorneadas caderas. Sus piernas largas y pequeña cintura, no había hombre que no la deseara, pero nadie se atrevía a seducirla por miedo al más poderoso de los empresarios del puerto. Cuando decidí conocerla, subí al más alto de los cerros,  y ahí me encontré con una criatura hermosa sería la causante de la siguiente historia.
Arkantis, ante las advertencias de nunca subir a los cerros sola, fue para encontrarme. Le habían contado que había un escritor medio loco y extraño en su forma de vida, creaba sus historias de experiencias reales, luego de seducir a cualquier mujer que se atreviera a jugar en sus terrenos amorosos, y sólo encontró a un distraído escritor que le contó el más increíble y exquisito relato erótico, algo que alguna vez le había pasado en su vida, un hombre lleno de los mas inimaginables tesoros literarios que jamás sus ojos leerían encerrados en la cárcel de oro que le había construido su padre.
Presintiendo que ella sería el personaje principal de mi siguiente historia, había arrendado una hermosa habitación en el hotel Gervasoni, toda adornada de rosas rojas, y pétalos que se esparcían por toda la cama, las más suaves sabanas de fina seda. 
Al llegar el atardecer y el frío aire de la costa , la invite al hotel dónde había hecho la reserva Bajamos por los cerros , hasta llegar al cerro Concepción, y sin siquiera cuestionarse, se cerró la puerta justo detrás de ella. 
Sintió una cálida mano que le acariciaba su espalda hasta llegar a sus caderas, las cuales le presionaban y le atraían hacia mi, Arkantis nunca había tenido contacto con alguien tan osado como yo, y me lo dijo al oído, mientras bajaba por su cuello besándolo en toda su extensión, por lo que, al mínimo roce de mi boca, se dejó llevar,  lo que le  llenaba de placer.
Mis manos comenzaron a bajar y tocar suavemente sus senos sobre las tela de su vestido, y sin percatarse, solté los tirantes dejándolo caer delicadamente por su cuerpo hasta quedar desnuda, mientras sus senos destilaban pequeñas gotas casi transparentes y sus labios vaginales empezaban a destilar deseo, Mis dedos bajaron por su vientre dibujando su delicada figura, hasta llegar a perderse bajo las delicadas telas de sus bragas. Arkantis dio un gemido y me detuve para hundir mi dedo medio entre sus labios atormentados por la excitación. Al sentirla entregada a mis caricias, saque mis manos delicadamente, para desde sus caderas, bajar delicadamente la pequeña prenda que descubría el pozo de los deseos. Lo deslice por sus piernas, mientras mis labios besaban delicadamente su espalda  descendiendo hasta sus nalgas ,
mientras mis manos acariciaban sus piernas terminando  de desnudarle, para dejarla expuesta y sin pudor a mis ojos hambrientos de deseo.
La tendí delicadamente sobre la cama, y mis manos recorrieron de nuevo su cuerpo llegando a sus pechos, los cuales presioné con fuerza esculpiéndolos con mis dedos, hasta terminar , con un ligero pellizco en sus pezones. Me alejé de ella para desnudarme y asegurándome, que sus ojos, en un acto vouyerista, no se perdiera detalle. Volví a la cama una vez desnudo, tomé las caderas de Arkantis para traerla hacia mi, y abriendo sus piernas e introduciendo las mías entre sus muslos, dejé caer mi sexo sobre el suyo, comenzó a sentir como entraba dentro de su cuerpo y salia de ella mientras presionaba con fuerza sus senos. Arkantis, no soportaba las ganas de gemir y de gritar.... Doblé mi espalda hasta alcanzar su cuello y la besé apasionadamente hasta alcanzar con mis labios sus pezones y los rozaba levemente con mi lengua, hasta que mis dientes empezaron a morderlos, mientras  la penetra fuertemente. Su deseo cada vez era mayor, jadeaba con fuerza y contenía el aire en cada embestida mientras la devoraba, y anunciándome su orgasmo, mientras su cuerpo se contraía, salí de ella con fuerza alzando mis caderas, expulsé todo su semen como blanca espuma sobre sus pechos, al tiempo que ella convulsionaba de éxtasis contrayendo su vientre como las olas del mar y soltando gritos enajenados de delirio, mientras los fluidos que caían sobre sus senos recorrían su torso desnudo agitado hasta depositarse en su ombligo donde quedaban atrapados y esposados a la vez que nuestros cuerpos caían agotados por el deseo esparramado por todos los rincones, quedando colgados todos nuestros sueños y gemidos entre las delicadas sábanas de seda de la cálida habitación ...
Una tarde de la que el empresario no se enteraría jamás y Arkantis nunca iba a olvidar.

Arkantis y Gustab, destilando deseos.

Quizás Una Vez ( Cuento a sofía)

 

"Las cartas a Sofía."

" Estaba confundido con las lecturas de una cortesana, eran cartas amarradas con lienzos de seda... de ahí debía de surgir alguna historia, de ahí debía definir que había leído, y sacar conclusión para escribir un nuevo libro.
Las cartas estaban ajadas, olían a humedad... asomagados papeles que relataban la más extraña de las biografías afiebradas de una mujer. Nunca dejaba de mandar aquellas letras a Sofía.. quién era sofía?.. quién era la otra... enloquecía tras cada párrafo tratando de entender... mi obsesión se volvía cada vez más ulcerante en mi estomago..sentía arder mi vientre por dentro sin lograr darle calma a mis pensamientos.. en cualquier momento llegarías hasta mi puerta para darme de comer aquella dichosa pastilla blanca, y luego lo de siempre, las manos regordetas de las enfermeras agitando mi sexo hasta hacerme explotar, sus labios sedientos que me harían escupir mis entrañas por la boca...luego el silencio, y mi mirada perdida en el techo de la habitación rebuscando telarañas sin habitantes, y aquellos bichos atrapados por los finos hilos de seda...los gemidos de las enfermeras se escuchaban lejos, pero sus caderas bailaban sobre mi...las hojas de papel, aquellas servilletas que había guardado, estaban arrugadas, y la tinta se perdía diluyéndose en ellas, esperaba que ellas terminarán de gemir, que abandonaran el cuarto para volver a escribir, pero eran dos o tres que no dejaban de montarme y clavar mi sexo en ellas... luego del orgasmo de ellas..otros labios volvían a cubrir mi sexo para seguir succionando todas mis ideas, haciéndome olvidar las letras que acababa de escribir, perdiendo la continuidad una y otra vez de aquella historia... las palabras de aquellas amantes no dejaban de agolparse en mi mente...el silencio y la oscuridad se apoderaba de todo. El cuarto encerrado entre barrotes, y los rayos del sol, calentaban mi cuerpo desnudo y entumecido por la labor de las enfermeras... yacía dormido y perdido entre las letras... hoy no podría seguir con este libro escrito en servilletas... Dios dame una oportunidad  de salir. Gustab, al borde del suicidio...  "



Gustab, otra vez en el hospital...

Comentarios

Néctar ha dicho que…
Querido Gustab,...
Mi adorada y querida Sofía es la conciencia que algunas veces necesito encontrar, es la parte más intima de la vida Néctar. El grito desesperado con le que tengo que vivir, las letras que en controversia necesito hallar para poder seguir viviendo, para respirar, para sentir y para olvidar.
Sofía, es mi libertad !!

Como mi libertad es encontrar en tus letras un halo de belleza, dulzura y reposo. Galopar en tu mente con los ojos cerrados, sintiendo el esbozo de tus gemidos, perder la conciencia que consciente me lleva hasta tus brazos.
Cierra los ojos mi dulce Gustab, y encontrarás la puerta abierta a un mundo en el qué nada es lo que parece y todo puede ser tú.

Mis respetos a tus excelsas letras.
Unknown ha dicho que…
Amigo, acá estoy , tranquilo, todo estará bien. Besos.
© MEDEA ha dicho que…
TE QUIERO...LO SABIAS?
Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Arkantis ha dicho que…
Te dejo...un beso azul
Ana Muela Sopeña ha dicho que…
Geniales letras.

Gracias
Ana

viernes, 6 de agosto de 2021

A la mujer de negro.


Black Magic Woman...
Desde mi ventana justo al frente, mirando tu balcón, te veo acurrucada, siempre de negro, pensando en que sabe quién.
La noche parece movida en el bar, parece que Santana se presentará en vivo, se pierde entre las risas y el sonido de la copas, tronándose unas otras, uno que otro ebrio haciendo escándalo al salir...
Pero en la calma de nuestras ventanas, y con las miradas perdidas, todo se diluye haciendo distancias y vistiendo de acordes nuestra soledad. Un paisaje que quizás, te parezca conocido.
Hay un bar que funciona de noche, un balcón, destilados y música de jazz... Una que otra mujer que se esconde bajo una farola, cerca de un callejón, dice que vende amores. Si no la ves, escucharas sus tacos golpeando el adoquinado, siempre inquieta a que pase algún paisano, para proponerle una noche de pasión.
Te invito un trago... si me quieres conocer, estoy al otro lado de tu ventana.


Gustab, desde la otra ventana, mirando tu balcón.

martes, 3 de agosto de 2021

A Pilar

 La maestra de Francés.

Cuando se acercó a mi, sentí que mis piernas temblaban. Sus manos acariciaron mi cara con suavidad, sentía como limpiaba mis deseos al roce de sus dedos, largos y suaves. Me tomó de la mano llevándome a su habitación. Al desnudarme lo hizo con ternura y cariño, dejando deslizar la ropa sobre mi cuerpo. Sus manos tibias recorrían mi cuerpo, sus dedos iban dejando la huella sobre mi piel, mis vellos se erizaban al roce.
Mi sexo se erguía como un bastión, sus labios recorrían mis pechos con dulces besos mientras sus manos iban descubriendo mi cuerpo. Al quedar desnudo, sus labios fueron surcando el camino al deseo, cada pliegue de piel se abría al depurado rozar de la suya contra la mía. Hilos de saliva iban marcando cuidadosamente su recorrido, como telarañas transparentes, se tejían, queriendo atrapar mi sexo en una cárcel de seda. 
Palpitante mi verga se contraía a sus caricias, sin ella haberla tocado, como una rama azotada suavemente por un riachuelo. buscando ser acariciado por las tranquilas aguas.
Sobre mi cuerpo, a horcajadas, se podían ver sus senos tempestuosos, la bella caída de su vientre armoniosa con sus caderas. Ante mis ojos, Pilar, la profesora, desnudando su piel. 
Su corsé, se habría tira a tira cuando sus dedos desenredaban el complicado laberinto, que con gran esfuerzo lograban contener los senos. Las aureolas de sus pezones se dejaban ver adornadas por encajes, que al soltarlo, dejó rebotando sus senos por un instante llenando un gran vacío. Los posó delicadamente sobre mis labios ofreciendo su néctar, semitransparente y blanquecino, dos gotas asomaban sobre sus puntas como perlas, los que fueron succionados por mi sedienta boca. Sus pezones eran duros como copas de mármol, oscuros y enrojecidos. Las gotas brillaban contra la luz tenue del cuarto. Bebí de ellos succionando gota tras gota, hasta liberar finos chorros que se disparaban sin dirección mojando mi cara. Tomando mi cabeza, me deslizó por su vientre, donde la suavidad de su piel acariciaba mis mejillas, que se iban humedeciendo entre el sudor y su deseo. Mis labios temblaban, hasta quedar entre sus piernas. Quise ir a su sexo, pero ella hábilmente me llevó entre sus muslos que deseaban ser besados antes que llegara ahí.
Me desconcertaba, pero a la vez me fascinaba su forma de dirigir.
Su piel brillante por el sudor, me agitaba. Disfrutaba cada uno de los surco, que afloraban como delicadas lineas, marcando la frontera entre el goce y el placer.
Sus piernas se fueron abriendo lentamente empezando a revelar sus secretos. Sus labios se hinchaban al roce de los míos, cada surco era dibujaba por mi lengua. Las gotas de sudor bajaban por su cuerpo, y eran recogidas suavemente por mis labios, como queriendo beber de sus pecados, los que brotaban uno tras otro, suplicando que me acercara a la miel de su carne. Sentí como su sexo buscaba mis labios intensamente, retorciéndose entre jadeos y gemidos. Finalmente ante mi, brillaban sus labios vaginales despegándose con hilos sedosos, y densos hilillos de fluidos que emergían del interior. Su apretada vulva, se dilataba, dejando ver su interior, pardo rojizo y bañado de miel, los que mediante sus brillos iban liberando la pequeña cabeza de oro, que asomaba tímidamente entre los pliegues húmedos. 
Mi lengua terminó se romper los hilillos que quedaban vírgenes, rodeé envolviendo la cabecilla entre mis labios succionando suavemente, su cuerpo se estremecía, dejaba correr un liquido que chocaba con mis pestañas provocando un intenso ardor, sus vellos púbicos se enredaban entre mis dedos dibujando el promontorio monte de Venus, donde caían sus deseos palpitando, dejándolos untados, mientras mi lengua jugueteaba entre sus carnosos deseos separando los labios. lamiendo y recogiendo el manantial que emanaba de su interior. Entre jadeos y gemidos su espalda se retorcía clamando para no detener el flujo de placer que brotaba, sus manos sujetaban mi cabeza entre sus labio aplastando su sexo contra mi rostro, su espalda se dobló bruscamente liberando toda la energía por su columna vertebral, hasta reventar entre gritos de placer. 
Me reincorpore enterrando mi sexo en ella, la que empujaba suplicando suavidad, pero embestí con fuerza hasta topar el último rincón de su alma, separando con violencia sus piernas bañadas de sudor, y me dejé caer sobre su vientre mordiendo sus labios bañados de saliva seca, arrancando y ahogando con frenesí, cada grito y gemido de su boca. Mi cuerpo batía el suyo sin piedad,  hasta reventar dentro de ella liberando mi energía  y mis horas de espera, para aprender de sus muslos los mil secretos que escondían, hasta caer sobre sus pechos hinchados de los que aún brotaba leche a goteos intermitentes. Finalmente tranquilizamos nuestros cuerpos entre besos y caricias dormidas de placer.

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