Hipnosis...

No suelo escribir en este blog, pero creo que hoy estos recuerdos lo ameritan... -Relájate, repasa todas las partes del cuerpo, siente, desecha la tensión del día.- Después de un buen rato en aquel modo, utilizó unas frases, que no logro recordar. Ella creía que me había hipnotizado, pero lo cierto era que no. Yo era plenamente consciente de todo lo que ocurría a mi alrededor. ¿Y por qué obedecí sus palabras?; Al principio me avergonzaba que se diera cuenta de que no lo había conseguido. Empezaron a venir a mí, algunas de aquellas fantasías que efectivamente había tenido y así, sin comerlo ni beberlo, empecé a sentir como mi sexo crecía dentro de mis pantalones. Sentía vergüenza, porque en la postura que estaba, no había manera de disimular aquella erección, pero no pude evitarlo. Bernardita, mi psicóloga, miraba de reojo lo que sucedía. Creció y creció hasta que tuve un bulto enorme en la entrepierna. Vi como soltaba una suave sonrisa y entonces creyéndose que estaba bajo hipnosi...