A Erotika.
La invite a un café, ella sabía que mi nombre era Juan De Marco, y yo sabía que se llamaba Erótika, sólo un café.
Armo su bolso, tomó un bus y viajo sin pensar. Yo la esperaría en la estación.
Le temblaban las piernas de pensar en tan absurda y precipitada decisión. Aunque su cuerpo temblaba de sólo imaginar, no dejaba de sentir cierta humedad. ¿qué podía pasar, si sólo era tomar un café?.
A medida que avanzaban las horas y el bus, los kilómetros se hacían más cortos.
Era sólo un café, se repetía una y otra vez. Yo estaba ansioso de verla, la había leído tantas veces, y su pelo era tan rojo, que mi cabeza no dejaba de delirar en como sería en realidad.
Decidido a todo, en lo menos que pensaba era en un café, y tramé cada minuto que pasaría con ella. Preparé un bolso y me encamine a las estación, donde nos habíamos quedado de juntar, la playa sería el mejor lugar. Imaginaba sus cabellos rojos y sentía como el bulto se agrandaba bajo de mi pantalón. Compré una rosa roja y la recibiría como si nos conociéramos de toda la vida.
Ella no esperaba esta escena al llegar, ni la rosa , ni el beso con que la recibí.
Entonces tomé su bolso y le dije, -vamos a la playa?...
Wow, todo era tan extraño , tan abstracto, que sólo atinó a decir ...
-como quieras, y el café?.. -...
Lo dejamos para después-
Sin duda mi invitación la sorprendió, y esa humedad, que se escapaba de control, terminó de mojar lo poco que quedaba seco en su ropa interior. Subimos al auto y partimos sin pensar. Mi mano se posó entre sus y nos echamos a la carretera rumbo al mar.
Al llegar al hotel pedí una pieza con una pequeña ventana que mirara al mar. Al abrirla mis pulmones se llenaron de aire, sólo quería follar.
Ella parada a los pies de la cama , sin aún entender que hacía ahí, y con este extraño, con el que sólo habían conversado un par de veces por chat.
Menudo lío teníamos en la cabeza. Pero estábamos lo suficientemente maduros, para saber lo que ambos queríamos.
Me acerqué a ella, la tomé de las caderas acercándola a mi sexo, el bulto era evidente, la deseaba y la fundí en un beso devorador. Mis manos se perdieron bajo la blusa que vestía, subieron por su vientre, hasta alcanzar sus senos firmes, endurecidos, generosos, y llenos de deseo.
Abrí delicadamente cada uno de sus botones mientras ella abría los míos, desnudando nuestros torsos para disfrutar cada de la piel. La dejé caer suavemente sobre la cama , mientras ella soltaba el sostén que en la caída, se perdió entre las sábanas.
Mis manos desatadas corrían por su cuerpo sin limites ni fronteras, tocándolo y apretándolo todo. En mi locura, separaba sus piernas embistiendo con mis caderas, hasta que por fin, bajé por su vientre sin dejar de saborearlo con mi boca , sin dejar de acariciarla hasta su pantalón, el que abrí con locura, y tirar de él, hasta verla desnuda.
Entonces me detuve a observarla, mientras mis manos recorrían la última prenda que tenía que sacar, para exponerla completamente desnuda a mis ojos.
Acaricié con mis dedos la delicada prenda para sentir su humedad... y la fui bajando suavemente, mientras su sexo se iba definiendo en detalle ante mi atenta mirada... extendiendo en el tiempo su ansiedad.
Cuando estuvo totalmente desnuda, separé sus piernas, observando como lucía el pubis hermosamente depilado. Acaricié con mis dedos sus labios mayores, hasta hundirlos en los menores cubiertos de brillo por la humedad. Insaciable, hundí mi boca para devorarla con alevosía, devoción y locura, hasta empujarla al mismo abismo donde caía yo. Recorrí con mi lengua cada rincón, la lleve al limite del deseo y la pasión . Cuando sentí que el fin estaba cerca, me levante para hundirme con toda mi alma entre sus piernas, enterrándome en ella con desgarradora locura, embestí con fuerza entre sus carnes sin pausa.... y lo demás te lo dejo a tu imaginación.
Y fué así, como la invitación a un café, terminó en una cita de fin semana junto al mar. Ya te contaré detalles de lo dulce que puede saber un café, cuando en tus sentimientos más profundos, sólo están las ganas de follar.
Juan de Marco ; "Inter pedes eius desiderio aeternam ego et labia tua uri ".
Ven don juan, mis piernas están abiertas para tí, somete mi sexo a tus placeres, recoge el jugo que brota de mis entrañas y que corre entre mis piernas porque mis dedos los han hecho brotar para ti. Deja que tu lengua abra mi sexo a sorbos lentos y juguetones, deja que tus labios se unten de mi ambrosía, porque sólo tu sabrás apreciar lo que de mi cuerpo te regalo. Sometida a ti, sometida a tus caprichos, entregada en cuerpo y alma. Recoja de mis senos la leche, porque su hambre te pertenece, porque esclava soy de ti. Tan cerca y tan lejos de tus dedos,quiero tu boca bebiendo de mí.
ResponderEliminarEstoy mojada y quiero temblar entre tus labios, estoy exhausta de cubrir mi cuerpo de caricias hechas por mis dedos, te quiero a tí dentro de mí, sometida a tus placeres, rendida a tus caprichos sólo marca el telefono una vez más y sabrás donde encontrarme.
TE ESPERARÉ DESNUDA...
Jolín, ¿y esto? No recuerdo haberlo leído en su momento, como sí escribí el comentario que hay tampoco recuerdo haberlo escrito. Si es que tengo memoria de pez. En fin, que gracias es precioso. Un beso.
ResponderEliminarNo eres la única erótica que hay.
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