Mujeres...

Soy un poeta romántico por instinto, lo fui en mi apasionada juventud, no me suicidaría nunca por amor. A veces, amé sin sentido; sin que me amasen. A veces, me amaron sin que yo amase. Ahora intento seducirlas para conducirlas al éxtasis. Si me consideran tan solo un amigo; las olvido. No sabrán más de mi. Punto.

Cuando cumplo sesenta y dos, (24/10/2024), el placer alcanza la jerarquía en las relaciones. Asumo que féminas muy hermosas, a las que no amé, han de haber disfrutado con mis caricias, mis besos, mi carne y huesos, hasta llegar al clímax como su instinto les demandaba, al nirvana del cuerpo y el deleite del alma porque era su tentación. Las hice felices siendo su posesión, su flamígero gótico en sus entrañas, navegamos océanos fundidos hasta el infierno de las delicias con cadencia oriental.
Maldito amor que sufre, que duele, el que se quema y se convierte en cenizas. Dame amor que goce, que sonría, que estremezca, que eleve mi alma y cuerpo, hasta que mi sexo levite entre gineceos y hermosura.

-"Si deseas que te ame, ámame. Sólo te inyectaré placer, orgasmos en la sangre para que entre en tu corazón y te deleites. Quiero que revientes, que vibre tu carne, que tu piel se humedezca de las fragancias del sexo, que lluevan de tus ingles fluidos de perfumes, aromas a pétalos, bergamota, violetas; que tu sabor sea nube de azúcar ámbar y dulce de leche. Beberé de todos tus poros, saciaré mi sed en el hueco de tu ombligo; me perderé en el cuenco de tu cuerpo, donde caeré al abismo ahogado en tus flujos de Venus. A partir de ese momento, solo esperaré a que el placer acaricie tu piel."

Me transformé en un maduro seductor refractario invernal, en un mago mayor que devela universos de cualquier dama que muestre belleza, talento e inteligencia. He concluido que el amor abre heridas profundas, que va siempre aparejado de sufrimiento, que, como todo, tiene su fin; Que por una hora de goce violento, impetuoso, recoges tristeza, lloras lágrimas de absenta, vomitas deseos, no vives, te mueres más deprisa.
He llegado a creer que sus cuerpos eran una hoja en blanco que debía escribir con delicadeza. Entre sus senos esconden definiciones de besos, gramáticas de succión, acentos de caricia. Alrededor de su ombligo; hay jardines de deleite, placer y vida, y en su sexo, una península por descubrir, una posesión que hay que conquistar, un secreto que develar; mientras que en sus bocas, se hallan sinónimos húmedos de estrellas, de versos inolvidables.
Si fueran literatura, las leo amándolas. Nunca acabaré de leer su carne, porque me excita, me obliga, me desvela, intuyo un final, me enamoran. Ellas son una obra escrita, para leerla eternamente, para hacerles el amor más allá del tiempo y la vida.
Busco metáforas para definirlas; Al amanecer, las busco en la primera luz que atraviesa mi ventana para acostarse en mi pecho. Al crepúsculo, me guardo su perfume, las respiro. Cuando se ausentan, a media noche, respiro el aroma de su piel, de su sexo, a centímetros de mi nariz. Guardo silencio para recordar su voz, sus gestos, sus gemidos, su elegancia, su mirada.  
Ama, como si esa mujer fuese el amor de tu vida, no mires hacia atrás con ira cuando te dejen. Has de humedecer el valle de sus ingles, las terrazas de sus pezones; llenarle de besos el ombligo, secarles la boca, escarchar su lengua y agrietar sus labios a besos antes de que se vayan, libar su deseo inmediato, comer su almendra palpitante.
Sé fiel mientras las ames, cuando aún deseándola, llevándola al éxtasis, cumpliendo sus sueños más escondidos, descubras que no fue más que un abanico en una tórrida tarde de estío. Permite que la sexualidad sea abandonada para abrazar el placer que dura ese instante.
Ellas son exceso, colecciones de recuerdos que quedarán fundidas en la lujuria de tu alma, en un rincón de tu cabeza. 
No sé por qué burlas del destino me convertí en su amante. Fui débil. No pude evitar la tentación. No soy el Nazareno; Pequé contra la ley de la hipócrita sociedad. Disfruté y amé. Sufrí y me apasioné con mujeres bellísimas que se alojaron en las huertas de mi vida. Las traté como merecían, me enseñaron a querer sin poder. Aprendí a dejar de amar a quién no se podría tener. Cuando conocí los lechos de nubes, supe que no quedaría de tanto deleite, más que el recuerdo. Amé en el tiempo. No presioné para que se quedaran conmigo. Sólo retuve amor, el orgasmo de su instante. Lo guardé en esencia, con aroma a delirio, a besos húmedos, a olas de saliva, a mar de deseo, a crema de sexo y se los devolvería envuelto en un trozo de alma.
Luego al día siguiente, sonreían; me miraban desnudo enredado en las sabanas y se iban llevándose el núcleo de mi esencia, la magia de mi gesto, mi universo masculino.

Gustab.


Collage de Palabras Con  NEO aquí.

Comentarios

  1. Hola Gustab, todo un Collage de sensualidad y sensaciones. El destino es caprichoso. Incluiste bastantes palabras, te felicito. Un abrazo

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  2. Me encantó. Un Don Juan. Perfecto. Exquisito relato. Abrazo grande

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  3. El arte de amar en la seducción, bello relato! Piel, sexo, orgasmo, placeres que enamoran Jajaja Besos por ahí!

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  4. Mmmmm., te quedo bellisimo.

    Besitos dulces

    Siby

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  5. Siempre son exquisitas tus entradas, repletas de seducción y erotismo, pero creo que hoy te llevas la palma. Felicidades por sentir y ver asi el amor, el deseo, el placer y toda la sensualidad que nos da la vida misma.
    Una cosa, MUCHAS FELICIDADES, que mañana disfrutes tu día como se merece, no me cabe duda que lo harás. Un fuerte abrazo y un pequeño tirón de orejas.

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  6. Toda una prosa poetica. Una exaltación del pecar contra una sociedad hipócritar
    Y de desear, amar, a bellas mujeres. Brindarles amor, placer.
    Magistral.

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