Arkantis.
" Y solos en la noche, acompañados por el chispero, los leños de la chimenea, sentí el cuerpo quebrado de Arkantis quién prometía cubrir de besos cada rincón de mi alma.
Serpenteando e iluminada por la tenue luz del fuego, mientras mis labios sin esfuerzo retorcían su figura entre sus piernas, gemía jadeando entre lamentos, suplicaba la suave danza de mis labios sobre su piel, retumbando los sonidos entre esas cuatro murallas que servían de testigo y las danzantes llamas como cómplice de sus placeres.
Así se fue avivando el calor de nuestros cuerpos, atrapados por la cárcel del éxtasis, encumbrado en la máxima expresión de lujuria escondida en estas mentes, que sólo querían ensalzar los laberintos , que sin salida nos permitía atraparnos en nuestra propia lujuria.
Mojados nuestros cuerpos sucumbieron al clímax tanto tiempo esperado y nos derramamos uno dentro del otro, suplicando al cielo que esto no se acabara nunca, y luego atrapados por nuestros brazos, perpetuar la cascada que nos ahogaba por dentro..."
Juan de Marco... entre las piernas de Arkantis
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