jueves, 15 de agosto de 2024

Coluna Desnuda em Palavras

 

Rodrigo Fuster kitarosem@gmail.com



Coluna Desnuda em Palavras

D:\Users\Cliente\Videos\CRIAÇAO\1698502090711.PNG             Revista Internacional The Bard.


La revista Bard International es gratuita para participar y distribuir. Presente en más de 30 países, en los cinco continentes: África, América, Asia, Europa y Oceanía.

Totalmente interactiva, la revista está disponible en tres formatos: PDF interactivo con enlaces de orientación y fuente RSS con actualizaciones en tiempo real, 3D y sitio web/portal con la tecnología de accesibilidad de IA más avanzada para personas con discapacidad visual y auditiva. Con más de 1 millón de alcance en las redes sociales, The Bard International Magazine fue desarrollada por el editor en jefe y director ejecutivo JB Wolf.


Nosotros, en The Bard International Magazine, gracias por la entrevista y la colaboración. Su entrevista para la columna Desnuda em Palavras será un hermoso instrumento de aliento para todos los que la siguen. Un fuerte abrazo.


                 Escritor Rodrigo Fuster


      Desde hace algunos años sigo al escritor chileno Rodrigo Fuster, siempre en silencio, nunca me he pronunciado entre tantos seguidores admiradores que tiene. Vi sus deliciosas historias eróticas desde mi ventana privada. Las palabras me tocaron como una cálida brisa, prendiendo fuego a la parte más íntima de mí, esa parte que sería difícil para un hombre tocarme sentir tan intensamente.

       Decidí que lo quería en mi “Desnuda em Palavras” en la revista internacional The Bard. Me arriesgué a enviar un mensaje oculto, también pensé que no me contestaría.

           Dos días después de la sorpresa, él estaba en mi ventana, y aceptó mi invitación, para exponer sus palabras ante mí.

Ven conmigo.... ¡Porque será hermoso!


Muchas gracias de antemano por concedernos esta entrevista, Rodrigo Fuster.


Gustab.-

martes, 13 de agosto de 2024

Hipnosis...

No suelo escribir en este blog, pero creo que hoy estos recuerdos lo ameritan...
-Relájate, repasa todas las partes del cuerpo, siente, desecha la tensión del día.- Después de un buen rato en aquel modo, utilizó unas frases, que no logro recordar.
Ella creía que me había hipnotizado, pero lo cierto era que no. Yo era plenamente consciente de todo lo que ocurría a mi alrededor. ¿Y por qué obedecí sus palabras?; Al principio me avergonzaba que se diera cuenta de que no lo había conseguido. 
Empezaron a venir a mí, algunas de aquellas fantasías que efectivamente había tenido y así, sin comerlo ni beberlo, empecé a sentir como mi sexo crecía dentro de mis pantalones. Sentía vergüenza, porque en la postura que estaba, no había manera de disimular aquella erección, pero no pude evitarlo. Bernardita, mi psicóloga, miraba de reojo lo que sucedía. Creció y creció hasta que tuve un bulto enorme en la entrepierna.
Vi como soltaba una suave sonrisa y entonces creyéndose que estaba bajo hipnosis, sentí que algo se deslizaba sobre el bulto suavemente que no se detenía. Era su mano. Mi sexo saltó al roce de sus dedos, empujando por ser liberado.
Desabrochó el cinturón y el botón. Luego, bajó la cremallera. Yo sentí que mi erección escapó sobresaliendo y empujando con fuerza estirándose bajo la fina tela que lo escondía a sus ojos.
Con los ojos cerrados, no veía la escena, y debía imaginar todo lo que ocurría. Empecé a imaginar su cuerpo desnudo pegado contra el mío. Su mano acarició suavemente a través de la tela. Estaba muy excitado y sentí que no tardaría en correrme como siguiera así. Sentí que todo estaba al aire y latía al son de mi corazón, saltando con cada latido. Una gota traslucida se escapó tímidamente, sentí como sus dedos la atraparon llevándosela a la boca y envolvió con su mano mi sexo suavemente, su mano estaba húmeda.
Claramente sus intensiones se fueron retorciendo en el proceso, moviendo la mano arriba y abajo. Yo estiraba mis piernas y apretaba mis nalgas, sintiendo el placer dentro. Luego, sentí sus labios sobre los míos. No pude aguantar más y abrí con cuidado los ojos. Ella libaba con los ojos cerrados la brillante cabeza que salía de sus manos, el roce de sus cabellos negros desordenados sobre mi cuerpo rozándolo todo, como una caricia tibia, derramándose sobre mi vientre desnudo y una de sus su manos se deslizaba debajo de mi camisa acariciándome el pecho.
Mientras chupaba, la intensidad de su mano fue en aumento. Su boca, sin despegarse en ningún momento, gemía, mientras jadeaba sin percatarse de mi mirada. Entonces me sentí explotar, apreté la mandíbula y los puños, tratando de aguantar sus arremetidas, un poco más, solo un poco más... Y llegué de manera explosiva. Mi lava saltó, como si de un volcán se tratase al son de mi corazón, parte dentro de la boca de la psicóloga, y parte resbalando por la mano que sujetaba. Con la lengua recogió todo lo que había por el tronco y por su mano, tragando, cada vez que cogía un poco.
Cuando acabó,  ya había encogido bastante. Lo dejó suavemente besándolo con ternura, abrochó todo, como si nada hubiera ocurrido, después de unos minutos, me sacó de la hipnosis diciendo:
—Ya está. Creo que hará efecto. la sesión de hipnosis ha ido bien —yo la escuché, tratando de disimular sus jadeos—. Ahora seguramente te sentirás como cansado y muy relajado, es normal —esto último lo dijo con una sonrisa —. Aunque vamos a necesitar más sesiones de hipnosis, te veré la próxima semana, ¿OK?

Juan De Marco.

Surgió de mis recuerdos y así lo cuento...
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